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Fuente: haciadondeiremos.blogspot.com |
Seis de cada diez extranjeros proceden de Latinoamérica y se cuentan ya 120 nacionalidades. El censo supera en dos puntos la media que registra el País Vasco
La presencia de población extranjera se acentúa en Bilbao. De 11.000 empadronados en 2003, se ha pasado a más de 22.000 en 2007, una cifra que representa ya el 6% del vecindario de la villa, dos puntos por encima de la media del conjunto del País Vasco. Esta nueva configuración de la ciudadanía ha llevado a AlhóndigaBilbao a organizar unas jornadas para propiciar el debate y la búsqueda de actuaciones que posibiliten una intervención adecuada a los nuevos retos que plantea ya una estructura social en pleno proceso de cambio, con la llegada de nuevas gentes y culturas. Se trata también de conocer el grado de convivencia que existe entre la vieja y la nueva población y su relación con las instituciones.
La comunidad extranjera que reside oficialmente en Esukadi -un 4%- está por debajo de la media nacional, que se sitúa en el 10%. Bilbao, al igual que todo el territorio vasco, carece de un censo migratorio importante al estar alejado de los ejes o centros principales de recepción, como pueden ser Madrid, Barcelona, Andalucía o la Comunidad Valenciana. «Aquí llegan más tarde y en menor medida», explica Cristina Blanco, socióloga y directora del Master Oficial de Migraciones de la Universidad del País Vasco.
En Bilbao conviven en estos momentos más de 120 nacionalidades. La porción mayor de este pastel intercultural, el 60%, está cubierto por ciudadanos de procedencia latinoamericana. «Esta importante presencia responde al trabajo que vienen realizando desde hace años las diferentes redes sociales que ellos mismos han impulsado», destaca Blanco.
El grupo mayoritario está conformado por colombianos, a pesar de que en los últimos años ha ido decreciendo su presencia. En segundo lugar se sitúan los bolivianos, con un crecimiento muy importante: «En 2002 sólo representaban el 0,8% de las personas extranjeras y ahora suponen el 17%». Y lo mismo ocurre con el colectivo paraguayo, que constituye un grupo reciente que ha visto duplicar su colonia en tan sólo un año en Bilbao.
Ecuador se sitúa en tercer lugar, aunque la presencia de sus ciudadanos, al igual que lo que ocurre con la población colombiana, viene decreciendo. Este descenso, además de razones como la decisión de regresar a sus países de origen o a migraciones internas, viene derivado de la implantación de normas de inmigración más severas por parte del Gobierno español. Para Cristina Blanco, la necesidad de disponer de visado para entrar en España «está siendo determinante en muchos casos».
Concentraciones
La llegada de estos nuevos flujos migratorios está siendo recibida, «en general, con cierta atención, pero sin una respuesta clara», asegura la profesora de la UPV, por parte de la población autóctona. La potencial concentración de los inmigrantes en núcleos concretos supone una dificultad añadida a su integración. «Estamos viendo como ciertas concentraciones residenciales no sólo no se han diluido, sino que han crecido», asegura. San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala continúan siendo los lugares donde la inmigración es más visible y donde siguen aumentando su asentamiento. Por ejemplo, reside el 80% de los senegaleses, y cuenta, además, con una importante presencia de magrebíes. Pero no son los únicos "barrios inmigrantes". Santutxu acoge en estos momentos al 20% de los rumanos que viven en Bilbao; y la comunidad china, por su parte, ha ido abandonando los distritos de Abando y Deusto para dirigirse a Iralabarri, donde habita ya el 20% del colectivo asentado en la villa.
Hábitos
La hipótesis que trabajan desde la Universidad para explicar el incremento de estas concentraciones se dirige a aspectos relacionados directamente con sus culturas y a la forma en que son recibidos en el lugar de destino. «Los latinoamericanos son más individualistas, con una concepción del grupo y de la familia más occidental, por lo que se muestran más proclives a repartirse por la ciudad. Sin embargo, los chinos parten de una cultura donde es muy importante la familia, el grupo, la cohesión, al igual que los africanos. Luego está la recepción que se les hace en destino. A un latinoamericano, por ejemplo, no se le recibe como a un magrebí. Y si esa receptividad es negativa te juntas mucho más con los tuyos», justifica Cristina Blanco.
El estudio demuestra, además, que la proporción de personas extranjeras con mayor edad no aumenta, «lo que indica que no se están registrando reunificaciones familiares de los padres con sus hijos». Mas de la mitad de los inmigrantes que residen en Bilbao son personas con edades entre los 25 y los 44 años.
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