|
Foto: Asier Zaldua |
Cuanta menor es la formación, decae en la misma medida el respeto a otras culturas. El miedo infundado a perder el trabajo conduce a posturas reacias que alcanzan una ‘nota’ de 5,8 en tolerancia.
Javier Fernández/Bilbao. La solera de la crisis financiera sigue desparramándose, día a día, sobre las botellas medio vacías que guardan miles de ciudadanos vascos.No ven una salida a la actual coyuntura económica y, como consecuencia, la mayoría no esconde su preocupación ante la llegada de inmigrantes, porque teme que ocupen sus puestos de trabajo, sin cualificación profesional principalmente.
Ésta es la conclusión básica del último informe sociológico presentado ayer por los responsables del Observatorio Vasco de Inmigración, Ikuspegi, que adjudica a los ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) un“aprobado raspadito” en la asignatura de Tolerancia. En concreto, la nota académica obtenida es de un 5,87 (seis décimas más que el año pasado cuando se valoró la tolerancia de la población vasca con un 5,17), tal y como certificó el director de Investigaciones de este organismo, José Antonio Oleaga.
En virtud de las respuestas cosechadas en el estudio, es posible deducir y confirmarque las actitudes, creencias y comportamientos más restrictivos se corresponden con personas que tienen unamenorformación académica, un trabajo no cualificado y, en la mayoría de los casos, un salario mileurista. Según el documento elaborado por Ikuspegi, cuanto mayor es el nivel formativo de la población vasca, “más tolerante, abierta, flexible y positiva se muestra ante la inmigración, y viceversa”.
Oleaga precisó que ello se debe, fundamentalmente, a que un mayor nivel de estudios implica habitualmente trabajos cualificados ymejor remunerados.Eneste sentido, advirtió de que en estemomento, “la inmigración extranjera compite más con las franjas de abajo que con las de arriba. Si los que vinieran de fuera fuesen informáticos indios o arquitectos albaneses, pues igual esto funcionaría de otra manera”, comentó.
Así las cosas, las personas que ingresan mensualmentemásde 3.000 euros en el hogar son significativamente más tolerantes (64,02 puntos), y entre 1.800 y 3.000 euros (60,95), que las que ingresan hasta 600 euros (54,79). También son más tolerantes quienes poseen estudios universitarios superiores (64,66), que los que no tienen ninguna formación (55,19).
ALEJADOS DE LA XENOFOBIA
Sin embargo, y a pesar de este panorama pesimista, otra de las apreciaciones que destacaron tanto Oleaga como Xabier Aierdi es que el posicionamiento de los ciudadanos vascos está alejado de cualquier comportamiento racista. “Las diferencias son de matiz. La granmayoría semueve en el espacio de la ambivalencia, huyendo de los extremos entre la tolerancia y la xenofobia”, subrayó el director de Ikuspegi.
Y es que, como expresó Oleaga, la sociedad vasca “nos dirá que la población inmigrante no supone ningún problema porque tiene otros muchos más importantes en los que detenerse como el paro, el terrorismo o la vivienda, y de los que preocuparse”. Esta luz sobre el oscuro escenario de la tolerancia se debilita, eso sí, por la ausencia de una política de integración social basada en la interculturalidad y no en la asimilación, denunciaron desde el observatorio.
“La inmigración extranjera no es un problema que haya que solucionar –defendió Aierdi–. Se trata de un fenómeno social que conlleva problemas en su gestión y son éstos a los que debemos prestar atención y proponer estrategias que los solucionen o cuando menos los mitiguen”, concluyó. En este punto, insistió en la necesidad de favorecer por parte de las administraciones iniciativas que favorezcan modelos proclives a compartir para distribuir la riqueza cultural.
SUELDO Y VULNERABILIDAD
Cada civilización ha tenido su particular moneda de cambio para responder al fenómeno de la inmigración. La indiferencia, el miedo e incluso el rechazo son las letras de este cheque sin fondo que hunde sus raíces en actitudes incívicas, tal y como detectan los estudios sociológicos publicados.
El presentado ayer por el Observatorio Vasco de Inmigración constata la importancia que, en los últimos años, está adquiriendo una valoración subjetiva: la satisfacción económica personal y los ingresos mensuales netos “que parecen revelar sentimientos de vulnerabilidad ante la competencia laboral de la inmigración extranjera”, explicó José Antonio Oleaga, director de Investigaciones de Ikuspegi.
Esta apreciación es una de las conclusiones recogidas en el Índice de Tolerancia a la población inmigrante en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV).Y es que, los análisis sobre este asunto constatan la especial relevancia que algunos aspectos sociodemográficos “discriminantes” están tomando en estos informes. Esta corriente de pensamiento no es exclusiva de la ciudadanía vasca sino que es aplicable a otras, comola española.
A la retribución salarial mensual, los expertos en lamateria apuntan a otros valores más abstractos que el dinero como puedan ser la educación, la ideología política y las creencias religiosas que en algunos casos se presentan menos inflexibles ante los cambios sociales.
Lotura duten URL helbideaks: