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Un aula de una escuela de Primaria de Getxo en la que conviven alumnos vascos con escolares de otros países. :: FERNANDO GÓMEZ. |
Un estudio del ISEI revela que los más afectados por la concentración son los extranjeros.
Javier Guillenea
Existe la creencia de que cuantos más alumnos inmigrantes haya en un colegio menores serán el nivel educativo del centro y los resultados de los estudiantes autóctonos. Esta forma de ver las cosas parte de datos objetivos como el hecho de que en todas las evaluaciones en España y en el País Vasco el alumnado inmigrante presenta un rendimiento sustancialmente más bajo que los nativos. Una de las conclusiones que se suele obtener de esta situación es que lo mejor es repartir a los inmigrantes para que no se concentren en unas pocas escuelas y evitar así que su presencia perjudique a los alumnos de toda la vida.
Algo de todo esto hay pero no es exactamente lo que parece. Al menos eso es lo que se desprende de un estudio elaborado por el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación (ISEI), en el que el organismo intenta responder a varias preguntas. ¿Por qué tienen bajos resultados los estudiantes inmigrantes? ¿Serían mucho mejores los resultados de una comunidad autónoma o un país sin alumnado inmigrante? ¿La alta concentración de inmigrantes afecta a los resultados de los estudiantes nativos? ¿Y a los estudiantes extranjeros?
«Es cierto que los resultados globales del alumnado inmigrante son en la mayoría de las ocasiones (y sobre todo en nuestro contexto occidental) significativamente más bajos que los del alumnado autóctono», señala el ISEI a la hora de responder a la primera de las cuestiones. El instituto recuerda, no obstante, que estos malos resultados no se dan en todos los jóvenes por igual. «El uso de etiquetas globales como "extranjeros" o "inmigrantes" oculta una realidad: se da una gran variedad en el éxito o fracaso escolar de los inmigrantes».
Los alumnos extranjeros no obtienen peores notas solo por su condición de nacidos fuera. Al menos es lo que sostiene el ISEI, que afirma que gran parte de la diferencia de calificaciones «viene explicada por sus características socioeconómicas y culturales». En concreto, por el lugar donde vive una familia y el colegio donde estudian sus hijos. Como parece evidente, la mayor parte de estos escolares residen en las zonas más desfavorecidas de las ciudades y se concentran en las escuelas del barrio.
Peor parados
Y aquí es donde tiene su origen la teoría de que los inmigrantes perjudican al resto de los alumnos. En su estudio, el ISEI parece confirmar esta afirmación al señalar que «a mayor porcentaje de alumnado inmigrante peores resultados». Pero esto sucede porque los estudiantes autóctonos que acuden a estos colegios provienen de un nivel socioeconómico bajo. El problema no son los de fuera, sino las condiciones de vida que hay dentro.
Para llegar a esta conclusión, el ISEI utiliza los datos de la evaluación internacional de estudiantes PISA de 2009 y compara los resultados en competencia matemática de los alumnos autóctonos con los del ISEC medio (índice del estatus social, económico y cultural) del colegio sin tener cuenta a los extranjeros. «El resultado del alumnado autóctono no parece que esté influido por la densidad de alumnado extranjero, sino por el ISEC medio del centro, esta es la variante más determinante y no la mayor o menor presencia de inmigrantes en el centro», sostienen los autores del estudio.
Si se realiza el mismo ejercicio con los alumnos de fuera y se excluye a los de aquí, la conclusión es diferente. En este caso se observa que «la concentración en un mismo grupo de un porcentaje alto de inmigrantes no parece ser beneficiosa para los escolares de fuera». Esto es más que evidente en los colegios con alta densidad de extranjeros (el umbral se sitúa en el 20%).
El ISEI da también por demostrado que «el resultado promedio de un país o una comunidad autónoma sin inmigrantes variaría muy poco». El instituto desmonta de esta manera uno de los argumentos que utilizan habitualmente las administraciones educativas cuando sus estudiantes obtienen malos resultados en las evaluaciones internacionales o nacionales. La excusa de los inmigrantes no sirve cuando se detecta que «algunas de las comunidades con mayor porcentaje de alumnado extranjero se encuentran entre las que tienen mejores resultados promedio», mientras que comunidades con porcentajes muy bajos se sitúan «entre las que tienen resultados relativamente bajos».
Repetidores
Más del 30% de los niños escolarizados en 4º de Primaria no están en el curso que les corresponde por su edad, situación que se agrava en 2º de Secundaria, donde las repeticiones superan el 56%. En cuanto al nivel económico, el ISEC medio de los estudiantes extranjeros en la ESO es de -0,10, frente al 0,07 de los autóctonos.
Son factores que explican los malos resultados, aunque no inciden de la misma forma en todos los lugares. El informe pone de relieve que el País Vasco es una de las comunidades con mayor diferencia de resultados entre nativos e inmigrantes, al contrario de lo que sucede en Canarias, donde se detecta la menor distancia. También revela que los extranjeros de algunas autonomías obtienen calificaciones superiores a los autóctonos de otras (los de Madrid y Navarra superan la puntuación de los nativos de Ceuta y Melilla y Canarias).
«Estudios como los del ISEI avalan los esfuerzos para que el alumnado inmigrante no se concentre en unos pocos centros y se vaya distribuyendo. Esa es una línea en la que hay que seguir trabajando porque lograr que los centros sean lo más parecido posible al conjunto de la sociedad y no solo a una parte de ella da mayor cohesión social», señala Marian Ozcariz, viceconsejera de Educación. Recuerda que los inmigrantes tienden a concentrarse en las mismas escuelas «porque es algo natural» y porque envían a sus hijos a los colegios de los barrios donde residen, que no suelen ser precisamente de un elevado nivel socioeconómico.