El catedrático señala que «los planteamientos se hacen con medidas a corto plazo »

¿Multiculturalidad o interculturalidad ¿Asimilación o integración Cuestiones de díficil respuesta sobre las que ha girado la primera jornada del curso organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) bajo el nombre Inmigración e Interculturalidad y que se está celebrando desde ayer en la sede de la institución en Valencia. A través de diferentes ponencias y mesas redondas, expertos de diferentes universidades trataron de abordar la complejidad de estos temas e iniciar un debate entre los asistentes.

«Con las jornadas pretendemos fomentar el diálogo entre personas de signo político o doctrinal diferente, ya que creemos que hay cuestiones que están muy bloqueadas y de las que no se habla lo suficiente» explicaba ayer Andrés Ollero, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos y unos de los directores del curso. Por este motivo, señaló, la organización del curso ha procurado seleccionar participantes con posturas diversas, e incluso opuestas en algunos temas, de forma que «resulte mucho más interesante y beneficioso para los alumnos».

De hecho, a lo largo de los tres días de ponencias está previsto que intervengan personalidades de doctrinas tan diferentes como Javier Paniagua, diputado del PSOE durante más de una década, o el propio Ollero, miembro del Partido Popular durante diecisiete años. «De esta manera, cuando personas que defienden planteamientos doctrinales muy diferentes coinciden en señalar una misma solución a un problema, ésta tiene más fuerza y resulta más interesante. En España estamos muy acostumbrados a hablar sólo a los convencidos y de esta forma es muy difícil avanzar» señaló Ollero. «El problema radica en que no existe un espacio público neutral en el que se pueda discutir. A la hora de la verdad todo está politizado» comentó el director del curso.

En este sentido Ollero explicó que en España, los partidos políticos «no tienen una doctrina clara» sobre inmigración, lo que, a su juicio, les lleva a abordar el problema sólo desde dos puntos de vista: por una parte desde la gestión de los flujos de inmigración, y por otra, desde una visión electoralista, de cara a conseguir un mayor rédito electoral. «Esta falta de doctrina clara sobre el tema, sólo puede desembocar en el planteamiento de medidas a corto plazo, a modo de parche, sin darse cuenta que el problema real vendrá en las siguientes generaciones, como ya están experimentando en otros paises europeos como Francia o Reino Unido».

Por ello, la primera jornada abordó el tema de la interculturalidad como modelo ideal de inmigración. «Presentamos este patrón como alternativa a la multiculturalidad, que sería una mera yuxtaposición de minorías culturales, un modelo que se da sobretodo en los Estados Unidos y que lleva a una especie de colección de ghettos» explicó Ollero. Frente a esto, la interculturalidad lleva a la sociedad hacia un «espacio común, lo más amplio posible, que sea apto para la convivencia y que permite abordar las cuestiones problemáticas libremente» recalcó.

El curso se centra hoy en el papel de la religión como factor determinante en el tratamiento de la inmigración.

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