Foto: J. Fontaneda

Las asociaciones gitanas piden al Gobierno Vasco que mantenga los programas especiales de ayuda a escolares.

Axier Burdain. La integración social y escolar de los gitanos alaveses es imparable. Siguiendo las sugerencias del Departamento vasco de Educación y del tejido asociativo propio, más del 90% de los alumnos gitanos que se matricularon este año por primera vez en Primaria en Vitoria cursa sus estudios dentro del modelo B y se ha recortado significativamente el absentismo en Secundaria.Aunque destacan los grandes avances logrados en los últimos años, los propios representantes de la asociación gitana Gao Lacho Drom, reconocen que aún resta mucha labor por hacer para eliminar prejuicios, no sólo por parte de la población, sino también por parte de cierto sector del profesorado que “da de lado” a muchos niños gitanos en las etapas iniciales de su vida académica. Actualmente, en Álava cursan estudios de Infantil 120 alumnos gitanos, 277 en Primaria, 139 en Secundaria y 29 en post obligatoria 29.

De todos los niños gitanos de Vitoria –ciudad en la que se concentra la práctica totalidad de la comunidad en Álava– que este año se han incorporado a Primaria, casi todos lo hicieron dentro del modelo B. El fenómeno, que representa un drástico cambio de actitud frente a ejercicios anteriores en los que el modelo A era seleccionado en masa, obedece en gran medida a una fuerte apuesta del colectivo gitano alavés por el trilingüismo y, por otra parte, responde a los esfuerzos de la Administración autonómica por erradicar de la CAV elmodelo A, que tiende a desaparecer de los centros docentes.

“La tendencia a la escolarización del alumnado gitano es progresivamente más regular y prolongada”, destaca el informe Gitanos e inmigrantes vascos en su ciclo de vida adolescente de laUPV. “Se está dando una paulatina incorporación de la juventud gitana a la Enseñanza Secundaria y es evidente una transformación en positivo en la formación y los hábitos de trabajo”, agrega el documento para subrayar el cambio de tendencia frente a años anteriores en los que el absentismo en Secundaria y la incorporación prematura al trabajo eran habituales.

La Administración, a través de programas y actuaciones, ha incidido positivamente en este proceso integrador, si bien el dossier de la UPV subraya la labor del tejido asociativo gitano, a quien, por su valor como vehículo de intervención y mediación, atribuye el mérito de los logros conseguidos dentro de la escolarización, la formación y la convivencia.

Ha sido precisamente esta labor mediadora, sustentada en Álava por la asociación Gao Lacho Drom, la que ha alejado a los jóvenes gitanos de la incorporación, en lugar de cursar Secundaria, al mercado laboral en actividades tradicionalmente desempeñadas por el colectivo,como la venta ambulante, la recogida de chatarra o las labores agrícolas.

Además de asesorar a las familias en materia escolar, los responsables de Gao Lacho Drom ofrecen a los alumnos un servicio de seguimiento y apoyo académico al salir de las clases.Para ello, ponen a disposición de los jóvenes sus instalaciones de Sansomendi, en las que además de estudiar pueden reunirse en la sala de juegos.

Preocupaciones

Emprendido el camino en pos de la formación de la comunidad gitana, surgen preocupaciones por parte de sus representantes tras haber recibido en los últimos meses la noticia de que los fondos destinados por el Departamento vasco de Educación a los programas de seguimiento escolar y apoyo a jóvenes con necesidades educativas especiales se recortarán en un 50%. “Por nuestra parte, hemos puesto toda la carne en el asador y ahora resulta que no hay medios”, lamentan en Gao Lacho Drom. La apuesta del colectivo gitano por la educación de sus niños y adolescentesha representado en algunos casos renunciar a valores, costumbres y tradiciones muy arraigadas, por lo que el anuncio del Gobierno Vasco ha caído como un jarro de agua fría sobre sus representantes, quienes confían en que Educación “recapacite” y mantenga la cuantía de estos fondos.

Otra de las preocupaciones del tejido asociativo gitano es la discriminación que se sufre, a dos niveles, dentro de los colegios. Tal y como indica el informe de la UPV, por una parte algunos padres no gitanos, condicionados por “actitudes sociales estereotípicas hacia la población gitana”, tienden a creer que el compartir aula conniños y niñas gitanas resulta negativo para la educación, el rendimiento escolar y la seguridad de sus hijos. Como consecuencia de ello, sacan a sus hijos de determinados colegios que acaban sufriendo un proceso de “guetización”.

Paralelamente, los representantes de Gao Lacho Drom aseguran que a veces falla la confianza de los centros en los chavales. “Los profesores son personas que, como el resto, viven influenciados por lo que la sociedad piensa de los gitanos y que se forman sus propias ideas. Por eso, muchas veces ni el nivel ni la exigencia académica son las mismas que con el resto”, aseguran. En el caso concreto de Vitoria, esto sucedería, según los portavoces de la asociación, en determinadas ocasiones en el colegio de primaria Antonio Forniés.

“El nivel de abandono de algunos niños en este centro es tal que llegan a sexto sin saber leer y eso, independientemente del grado de inteligencia del alumno, es culpa del profesor que le pasa de curso sin exigirle nada. La situación ha desembocado en enfrentamientos puntuales entre profesores del instituto Unamuno, que ofrece una calidad académica y una dedicación excelentes, y profesores del Forniés, a quienes los primeros les echan en cara no haber hecho bien su trabajo”,manifiestan desde Gao Lacho Drom.

 

 

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