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Los contenidos se refieren a los valores generales de la Constitución española, del Estatuto de la Comunidad Autónoma de Baleares y de la Unión Europea. |
Pone a prueba su «integración» en España como complemento para renovar permisos de trabajo y residencia.
Daniel Álvarez
El Gobierno balear realizó ayer los primeros exámenes a inmigrantes ya residentes en España para valorar su «esfuerzo de integración». De la superación de la prueba depende la obtención de un certificado que les permite completar la puntuación necesaria para renovar sus permisos de trabajo y de residencia si no han cumplido todos los requisitos.
El Ejecutivo de José Ramón Bauzá comenzó ayer esta práctica sometiendo a la prueba a cinco inmigrantes, a los que previamente ha ofrecido uno curso gratuito de 40 horas.
Lo que han tenido que estudiar Hossain El Ghobachi, marroquí de 28 años, y otras cuatro personas de Bolivia, Nigeria y Kazajistán no son las costumbres y tradiciones españolas. Nada de comidas típicas, folclore o preguntas de actualidad política, social o cultural. Los contenidos se refieren a los valores generales de la Constitución española, del Estatuto de la Comunidad Autónoma de Baleares y de la Unión Europea; la estructura política, sus deberes y derechos, y bloques dedicados a la igualdad entre hombres y mujeres, a los derechos humanos y a la formación en las lenguas castellana y catalana.
Un test de 20 preguntas, con tres respuestas a elegir una, entre las que se plantea qué entienden por violencia contra la mujer, qué es la Constitución española, cuál es la capital de España, las islas que forman las Baleares, la ciudad en que tiene su sede la UE o el año de aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Se aprueba con 10 preguntas acertadas y no restan las respuestas erróneas.
«Había estudiado y me ha ido bien. Más o menos era fácil. Muchos ya habíamos estudiado en nuestros países», explicaba ayer Hossain en un castellano fluido que ha aprendido en los casi seis años que lleva en España. También ha estudiado el catalán y lo entiende, pero ha elegido el castellano para la prueba. El plan formativo del Gobierno balear les permite elegir la lengua.
Con un curso en instalaciones electrónicas, una carrera de informática sin acabar en Marruecos y experiencia como profesor de taekwondo, Hossain se quedó sin su trabajo como monitor de artes marciales y ahora se gana el pan en el campo, recogiendo fruta. Trabajos aislados, por horas, «porque con la crisis hay que buscar lo que sea». Le toca renovar sus permisos y le pareció una buena idea la oferta del Gobierno que, si no ha fallado más de lo que piensa, le permitirá completar la puntuación necesaria para poder renovarlos. Un suspenso, de todas maneras, tampoco le dejaría sin permisos. Podría repetir el examen. «Sólo es un complemento, no supone un requisito», aclara la directora de Cooperación e Inmigración del Ejecutivo balear, Antonia Estarellas.
A la espera de las nuevas directrices que pueda marcar el Ejecutivo de Mariano Rajoy en extranjería, Baleares ha iniciado estas pruebas para acreditar el «esfuerzo de integración» de los inmigrantes como antes se pusieron en marcha iniciativas similares en Cataluña, Madrid o la Comunidad Valenciana, según Estarellas
Las comunidades autonómas no tienen potestad reguladora en inmigración, pero sí tienen transferidos los planes de integración social. El consejero balear de Presidencia, Antonio Gómez, que ayer visitó a los primeros cinco inmigrantes que se examinaban, les deseó suerte y agradeció «su interés y esfuerzo para vivir con normalidad en Baleares».