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Esta cifra supone que en Euskadi se encuentran representados cerca del 85% de los 193 países que componen la Organización de las Naciones Unidas (ONU). |
La mayoría de los inmigrantes que llega a la CAV mantienen sus costumbres.
El paisaje urbano y rural de la Comunidad Autónoma Vasca se ha enriquecido y rejuvenecido desde finales del siglo pasado con nuevos aromas, inéditos evangelios y flamantes proverbios gracias a la llegada de ciudadanos de otras latitudes (145.256 residían en Euskadi el año pasado según datos de Ikuspegi, el Observatorio Vasco de Inmigración) que han transformado la geografía vasca en un extraordinario mosaico de nacionalidades compuesto de hasta 165 piezas distintas; la mayoría (más del 40%) de origen latinoamericano.
Esta cifra supone que en Euskadi se encuentran representados cerca del 85% de los 193 países que componen la Organización de las Naciones Unidas (ONU), confirman desde Ikuspegi. Desde 1998 el número de nacionalidades se ha incrementado de forma notable. Ese año, cuando el fenómeno migratorio extranjero "no era relevante" en la CAV, había empadronadas un total de 137 nacionalidades extranjeras. Bizkaia con 122 era el Territorio Histórico con mayor número, seguido por Gipuzkoa con 104 y finalmente Araba con 85.
Más de una década después esa representación a escala del mundo en tierras vascas se ha agrandado y, por lo tanto, diversificado. Así, en 2010 el número de nacionalidades aumentó de forma considerable, siendo Araba donde se experimentó un mayor crecimiento, saltando de 85 a 123; es decir, cerca de un 45% más. Gipuzkoa pasó de 104 a 141 nacionalidades (+35%), mientras que Bizkaia creció de 122 a 152, cerca de un 25% más. Las últimas estadísticas al respecto, facilitadas ayer en Bilbao en la presentación de un congreso sobre los flujos migratorios, hablan ya de 165 formas distintas de ver la vida.
Y con la intención de profundizar en la realidad de esa población extranjera, unos 500 expertos en el fenómeno migratorio se dan cita hasta mañana en la capital vizcaina con la misión de poner en común las nuevas tendencias de las migraciones internacionales "y las nuevas preocupaciones que surgen ahora entre los que investigan este fenómeno", indicaba Cristina Blanco, profesora de Sociología en la UPV/EHU y coordinadora de este séptimo Congreso sobre movilidad humana y diversidad social.
Fue ella, precisamente, quien tras desmenuzar las líneas centrales de este simposio (economía, mercado laboral, sistema educativo, integración religiosa y percepción social de las personas inmigrantes) quiso alertar sobre una cuestión que calificó de "preocupante". Se refería al hecho objetivo de que aprovechando la operación retorno que algunas personas han emprendido hacia sus lugares de origen a consecuencia de la crisis, "las diversas administraciones han relajado su política en este campo". Sin embargo, esta circunstancia está fundamentada en una "falsa apariencia" en la que tiene mucho que ver el proceso de nacionalización de ciudadanos llegados en primera instancia de otros países. De hecho, entre 2002 y 2010 más de medio millón de personas extranjeras han adquirido la nacionalidad española, quedando ocultas para las estadísticas y dando esa sensación de que la llegada de inmigrantes ha bajado. Es más, tal y como describía Gorka Moreno, coordinador de Ikuspegi, la CAV "sigue manteniendo la llegada de inmigrantes a pesar de la que está cayendo".
La razón habría que buscarla en el protagonismo del sector de los cuidados y servicios domésticos, menos castigados por la todopoderosa crisis. Y es que, como explicó Moreno, la estructura social y laboral de las comunidades humanas influye. En este sentido, manifestó que Euskadi "no resulta atractivo para el colectivo inmigrante porque los sectores laborales que priman no dan cabida para gran parte del colectivo inmigrante. Los nichos laborales predominantes son la construcción, turismo, agricultura,… y tienen poca relevancia en nuestro entorno. El único sector en términos de acceso del colectivo inmigrante al mercado laboral es el de las tareas domésticas y cuidados personales y por eso en el País Vasco está caracterizado por la mujer latinoamericana". En cualquier caso, tanto la presidenta del Congreso de migraciones internacional como el coordinador del Observatorio Vasco de Inmigración coincidieron en que las entradas de extranjeros solo se han relajado.
Por eso, como aseguraba Blanco "ahora que la llegada de inmigrantes no es tan masiva es el momento de fomentar estrategias orientadas a la integración y la convivencia, y de gestionar la creciente diversidad cultural que existe en el País Vasco y en España, ya que la mayoría de los inmigrantes mantiene sus costumbres, tradiciones y creencias religiosas".
mantienen las costumbres En una línea similar se pronunció Moreno, quien afirmó que "en el futuro seguirá llegando población inmigrante. No como en los últimos diez o quince años. El gran reto no será la acogida, la primera llegada o las políticas de extranjería y sí las políticas de integración. Se detecta una ralentización de los flujos, pero ahí está el stock... Por eso es necesario articular políticas de integración efectivas en un contexto de recortes y crisis, y dar respuesta a estas incógnitas y retos en el ámbito de la integración".
Por último, la profesora de Sociología de la UPV/EHU dijo que durante el Congreso se abordará la necesidad de abordar los diversos modelos de integración escolar, desde la "escolarización integrada" que se produce en Euskadi hasta las aulas temporales de adaptación lingüística puestas en marcha en Andalucía o los Espacios de Bienvenida Educativa de Catalunya. "La interculturalidad es un rasgo propio de la inmigración en España. En contra de los países con mayor tradición de acogida, la población extranjera residente en España mantiene la mayoría de sus costumbres, tradiciones y creencias religiosas en cohabitación con las españolas", dijo.