Fuente foto: EFE

En los últimos diez años España ha recibido cinco millones de inmigrantes. Ahora el país se enfrenta al riesgo de su segregación y exclusión social. También se enfrenta a la difícil integración de las segundas generaciones, la proliferación de brotes y manifestaciones racistas... y además la crisis económica que representa otra amenaza para la cohesión social.

Plan Piloto de Actuación Integral en zonas sensibles

Para evitar la proliferación de guetos y el riesgo de segregación, el Ministerio de Trabajo e Inmigración presentaba el pasado mes de febrero el Plan Piloto de Actuación Integral en zonas sensibles en Andalucía. Ahora la intención del Gobierno es empezar a ampliarlo a otras autonomías a partir del próximo año, según ha explicado Consuelo Rumí, la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración. Además, el Gobierno prevé después del verano presentar una estrategia nacional contra el racismo y la xenofobia.

Las campañas del Gobierno están dirigidas sobre todo a barrios con una importante presión migratoria, elevado índice de absentismo escolar y desempleo, desvertebración del tejido social, degradación del hábitat urbano, así como un nivel socieconómico bajo. Estas circunstancias o condiciones coinciden con las que, hace unas décadas, favorecieron la creación de guetos de inmigrantes (de autoprotección y exclusión) en países como EEUU, Alemania, Francia o Inglaterra. España tiene a su favor esa experiencia previa y trata de no repetir algunos de los errores en los que cayeron otros gobiernos.

Algunas experiencias para evitar la exclusión social de los menores

Cataluña puso en marcha dos proyectos educativos:

• Espacios de Bienvenida Educativa: acogen durante unos meses a los alumnos con problemas lingüísticos o de nivel educativo.
• Cupos de inmigrantes en las escuelas: algunos ayuntamientos trasladan a menores inmigrantes a colegios alejados de su domicilio, pero con menores índices de población extranjera.
  

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