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Fuente foto: www.forocoches.com |
Conseguir para la mujer una completa educación sin por ello perder su esencia calé es el reto de las asociaciones de mujeres gitanas.
Decía Confucio que "donde hay educación no hay distinción de clases", y para los gitanas de Euskadi esta máxima se completa con otro anhelo. "La educación te da libertad", aseguraba Emilia Cortés, presidenta de la asociación de Mujeres Gitanas Chanelamos Adikerar (Sabemos Hablar) que el viernes convirtió Santurtzi en una representación viva de la cultura gitana, sus valores y sus aspiraciones.
Entre los primeros, su orgullo étnico, lengua propia incluida, que les ha permitido sobrevivir durante siglos a un estigma que aún pervive y al que se sobreponen con un fuerte sentimiento de arraigo y apoyo familiar. Entre las segundas, la integración en una sociedad intercultural donde las personas gitanas ejerzan libre y plenamente su ciudadanía y contribuyan con sus aportaciones al enriquecimiento de la cultura universal. "Existe constancia documental de su presencia aquí desde el siglo XV y a estas altura siguen buscando la integración que ha aumentado notablemente a todos los niveles en los últimos 20 ó 25 años", destaca un técnico habituado a trabajar con las cerca de 20 asociaciones gitanas existentes en Euskadi que representan a los cerca de 13.500 gitanos vascos, de ellos unos 8.000 en Bizkaia.
Una de las claves para esta integración es, sin duda, la educación y la formación en la que colaboran distintos niveles institucionales pero que aún debe vencer algunas reticencias entre los propios gitanos. "Una de las primeras barreras que tuve que romper era la de mis padres", recuerda Raquel Cerreruela, una joven gitana santurtziarra que decidió seguir sus estudios más allá de Primaria, límite generalizado para las niñas y buena parte de los niños. Su tesón, no obstante, la llevó a estudiar en la Fundación Secretariado Gitano de Sestao donde se formó como monitora social y, posteriormente, como administrativo. En Santurtzi narró su experiencia a las numerosas jóvenes presentes en el I Día de la mujer gitana de Euskadi.
En esa tarea se implica también la asociación que preside Emilia Cortés. "Las niñas tienen que estudiar para formarse, para conocer sus derechos, para saber convivir con los demás sin por ello perder su esencia gitana", reclama esta mujer que alaba la colaboración que "los hombres están teniendo con nuestras iniciativas". Entre ellas, talleres de Cultura general, de alfabetización para madres jóvenes que han dejado sus estudios, de maquillaje, risoterapia y cursos y charlas sobre sexualidad. Se trata, como dice Emilia en lengua calé, de ir "Drom lacho berdo la romí y la chamorrí", (abriendo camino para la mujer y la joven gitana).
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