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Protestas en Washington por la muerte de Trayvon Martin. Reuters . |
La muerte de un joven afroamericano devuelve la cuestión del racismo al debate político.
Cuando Obama era Barry, su abuela le reconoció que tenía miedo de los negros. Madelyn Payne Dunham quiso a Obama «como no se puede amar otra cosa en el mundo». Y, pese a todo, era capaz de pronunciar «estereotipos raciales o étnicos» que hicieron avergonzar al hoy presidente de Estados Unidos.
Por motivos como este, Florida aprobó en 2007 la ley «Stand Your Ground», que permite a los ciudadanos emplear la violencia en caso de que se vean amenazados. Y por esa razón George Zimmerman, un vigilante vecinal de 28 años, quedó en libertad tras matar de un disparo a Trayvon Martin.
«Parece que está aquí para crear problemas, parece que está drogado o algo. Está lloviendo y está caminando por aquí como si nada. Le pasa algo, creo que viene a por mí, tiene algo en las manos, no entiendo qué hace, estos cabrones siempre se salen con la suya».
Trayvon, que visitaba a una amiga de su padre, salió a comprar gominolas
Es la transcripción de la llamada que hizo Zimmerman a la policía cuando el pasado 26 de febrero vio a Trayvon Martin, un afroamericano de 17 años, caminar por las calles de Orlando. Después lo disparó y lo mató. Trayvon visitaba a una amiga de su padre; había salido a comprar una bolsa de gominolas y un refresco. Iba encapuchado y eso asustó a Zimmerman.
«Hay barrios donde la delincuencia se ceba con los negros que tienen menos posibilidades de acceder a servicios como la educación –explica José Manuel Roca, autor de "Nación negra, poder negro"–. Eso es incuestionable. Pero la falta de oportunidades ha creado una cultura marginal que no se queda en los guetos y trasciende a la población. Y eso se manifiesta en hechos como el asesinato de Trayvon».
La muerte del joven afroamericano ha abierto de nuevo el debate racial en Estados Unidos. Cuando se cumple un mes del asesinato, se suceden las protestas. Comenzaron en Florida y se han extendido por todo el país: los jugadores del equipo de la NBA Miami Heat posaron con la cabeza cubierta y destacados líderes afroamericanos como Jesse Jackson han pedido convertir el «dolor en poder».
La muerte del joven ha abierto el debate racial en EE.UU.
Incluso el presidente Obama, poco dispuesto a abordar de forma directa los problemas raciales, se refirió al caso en una comparecencia: «Si tuviera un hijo, se parecería exactamente a Trayvon». Roca explica que «Obama se presentó en 2008 como un norteamericano más, no como un negro». Su objetivo era «quitar cualquier atisbo racial a su campaña, para no tener una política revanchista».
Es imposible saber qué hubiera pasado si Obama hubiera planteado otro tipo de campaña, pero una encuesta de AP-Ipsos apuntó que habría conseguido seis puntos más si fuera blanco. Tammy Frisby, del think-tank conservador Hoover Institution, preguntado por el portal «Político», afirma que el consenso establece entre el 2 y el 3% el número de votos que Obama perdió por ser negro.
¿Serán las elecciones de 2012 las primeras post-raciales? «Mi impresión es que ocurrirá lo mismo que en 2008», apunta Frisby. Y es que cuatro años después, la cuestión de la raza sigue ocupando el debate político. El candidato republicano Newt Gingrich calificó de «vergonzosa» la valoración que hizo Obama de la muerte de Trayvon. «¿Sugiere el presidente que si hubiera sido un blanco el disparado habría estado bien porque no se parecería a él?», se preguntó. David Plouffe, asesor de Obama, tachó estas palabras de «irresponsables».
«Queda una cultura marginal muy difícil de erradicar»
El debate racial nunca ha dejado de estar fuera de la primera línea política. Muchos vieron motivaciones racistas en la gobernadora de Arizona, Jane Brewer, cuando señaló con el dedo a Obama durante un desencuentro el pasado enero,. La primera dama, Michelle Obama, denunció que intenaron crear la imagen de una «negra enfadada» con la publicación de un libro sobre la pareja presidencial. Recientemente, el actor Robert de Niropidió disculpas por unos comentarios sobre Michelle Obama.
Hay, según Roca, «un eterno problema racial no resuelto». Eso provoca, por ejemplo, que la policía se cebe con los afroamericanos «porque les parecen sospechosos». Aún queda mucho por hacer, apunta el sociólogo, como ofrecer a las minorías más oportunidades o facilitar asistencia social y educativa. «Queda una cultura marginal muy difícil de erradicar que provoca que minorías de afroamericanos o hispanos ya no esperen una vida normal, lo que provoca una cultura de la supervivencia manifestada, en último extremo, en la delincuencia». «Hace falta mucha ayuda de las instituciones, pero la crisis lo aplaza», finaliza Roca.