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Crece el rechazo a los inmigrantes en Euskadi
Eguna: 11.04.2012 | Iturria: www.diariovasco.com

«El impacto de la crisis está haciendo que las personas autóctonas más vulnerables a sus efectos, como por ejemplo los parados o aquellos que tienen que recurrir al cobro de las prestaciones sociales para sobrevivir, tengan peor opinión sobre este colectivo».
El porcentaje de vascos intolerantes hacia los extranjeros aumenta del 18,9% al 34% en un año.

El número de vascos que rechazan la inmigración ha experimentado un alarmante crecimiento. Los ciudadanos que mantienen una actitud intolerante hacia los extranjeros prácticamente se han duplicado en el último año –si en 2010 eran el 18,94%, en 2011 la cifra se disparó hasta alcanzar el 34,08%–, mientras que las personas más tolerantes a la convivencia con inmigrantes se han reducido casi a la mitad –del 43,64% al 23,5%– . De igual modo, la cifra de los ambivalentes, es decir, «aquellos que no mantienen un discurso racista, pero que sí manifiestan algún tipo de recelo y que no ven este flujo como un problema siempre y cuando el foráneo tenga trabajo y realice esfuerzos por integrarse», ha crecido cinco puntos en los últimos doce meses y ahora representa al 42,42% de la población.

Así lo constata el último barómetro del Observatorio de Inmigración vasco, presentado ayer. Para Gorka Moreno, miembro del equipo encargado de elaborar el estudio, la actual coyuntura económica puede ser un factor determinante para influir negativamente en la percepción que muchos vascos tienen de los inmigrantes. «El impacto de la crisis está haciendo que las personas autóctonas más vulnerables a sus efectos, como por ejemplo los parados o aquellos que tienen que recurrir al cobro de las prestaciones sociales para sobrevivir, tengan peor opinión sobre este colectivo», aclara. «Además, la difícil situación por la que atravesamos ha producido que muchas personas que antes se manifestaban tolerantes con los de fuera hayan ingresado en el grupo de los ambivalentes y, que a su vez, otros tantos que se consideraban ambivalentes hayan ido a engordar las listas de los reacios», explicó a este periódico.

Como detallan los expertos en el informe, el perfil de los ciudadanos que rechazan a los inmigrantes es el de una persona entre los 45 y 64 años, sin formación académica o tan sólo con estudios primarios. Suelen ser católicos no practicantes y por lo general, se encuentran sin trabajo –aquí también se incluyen a los jubilados y a las amas de casa–. «Normalmente se sienten insatisfechos con su situación económica y los ingresos familiares netos apenas llegan hasta los 600 euros. Sus ideas políticas se inclinan hacia la derecha y pertenecen al colectivo de nacionalistas españoles o con un intenso sentimiento nacionalista vasco», especifica el estudio.

Por contra, entre los principales rasgos que caracterizan a las personas más favorables a la acogida de este colectivo se encuentran el de ser jóvenes (entre 18 y 44 años), tener formación universitaria media o superior, hablar euskera y ser agnósticos, ateos o «indiferentes a cuestiones de este tipo». Por lo general, ostentan un estatus socioeconómico medio–alto, con unos ingresos netos mensuales por encima de los 1.800 euros. «Sus ideas políticas se sitúan en el centro izquierda o a la izquierda, se consideran nacionalistas vascos moderados que tienen un sentimiento identitario sólo vasco o más vasco que español», detalla el análisis.

Regularización con trabajo

El barómetro también pone de manifiesto como el fenómeno migratorio ha perdido fuelle a la hora de ser considerado como uno de los principales problemas que golpea a la sociedad vasca: la crisis ha provocado que el paro y las dificultades de índole económica se sitúen a la cabeza de las preocupaciones de la ciudadanía. Si en 2010 el 15,4% de la población mencionaba el flujo de extranjeros como una de las tres principales cuestiones que había que encarar, en 2011 esta cifra se redujo hasta el 10,7%, y tan sólo el 2,3% de los vascos considera la inmigración como el problema más grave a atajar.

Además, el 58,6% de los residentes en Euskadi supedita la regularización de los inmigrantes a la contratación laboral y la mayor parte de los entrevistados ve con buenos ojos la apertura de restaurantes y tiendas por parte de este colectivo, aunque no que inauguren sus propias escuelas o lugares de culto.

El estudio revela también que el 64,2% de los encuestados consideran que la gente de otros países se beneficia excesivamente del sistema de protección social, aunque este porcentaje es casi cinco puntos inferior respecto a 2010. Como insiste Moreno, «esta concepción es falsa y se trata de un estereotipo muy extendido en la sociedad».

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